
Tras largo
tiempo de reflexión, dudas entre un punto y aparte o un punto final,
retomo estas
líneas, lugar donde perduran los viejos pensamientos,
cuyo teclado es
mi herramienta como el cincel del escultor.
Realmente no
vuelvo con nuevas ideas,
el aire fresco
no vino a ni,
he tratado de
escapar de las oscuras nubes de los días grises,
y ya soy
consciente de que toda huida es absurda.
Porque sigo siendo el
mismo ser
que no logra
barrer el polvo de sus sesos.
Es por esto por
lo que retomo este inacabado proyecto,
porque todo
sigue igual,
algo mas
arrugado, pero igual.
Ganas de
escribir sobran, pero faltan ideas.
Ideas para
fotografiar hay, pero faltan ganas.
Y así pasa el
tiempo, saltando de proyecto en proyecto
sin concretar
nada, con la sensación de impotencia, de vacío personal.
No consigo
realizar nada que realmente me llene,
Salvo la foto de
la vieja mujer en la estación.
¿Problemas de
autoconfianza? Posiblemente.
Puede deberse a
que no soporto la soberbia y la arrogancia,
me hastía hasta
la saciedad, y tratando de huir de ellas, llego a esto.
El tiempo pasa,
largos son los domingos, con la única compañía de un polvoriento disco
Envuelto en
objetos del pasado pasan mis días.
Mi frágil mente
no descansa ni a la hora del descanso.
Todo el día
escogiendo el camino, y volviendo a repasarlo todo.
Solo la llegada
del buen tiempo me alivia.
Hoy he vuelto,
pero sigo siendo el mismo.